jueves, 13 de octubre de 2011

El Anillo del Nibelungo 1/5


En el día de hoy, voy a empezar un post formado por cinco partes, y que iré completando en las próximas semanas. El tema del post un estudio somero sobre una de las más importantes obras del compositor alemán Richard Wagner. La obra, estrenada, de forma completa, entre el 13 y 17 de agosto de 1876, es la conocida tetralogía de “El Anillo de los Nibelungos”
La primera salvedad que voy a hacer, se trata de la traducción del título. El título original, en alemán, es “Der Ring des Nibelungen” cuya traducción literal sería “El Anillo del Nibelungo” y no “El Anillo de los Nibelungos” como se suele denominar la tetralogía en castellano.

Contenido


Wagner escoge el tema de la mitología, que junto con los tema de historia y amor, son los temas principales entorno a los que ha girado la opera desde sus inicios. Después de la composición de “Las Hadas”, que es su primera composición que gira en torno al tema de la mitología, Wagner se aboca a la composición de “El Anillo”, no de forma casual, sino como una evolución de acontecimientos y decisiones que va tomando durante la larga etapa de composición. Larga etapa, ya que, tanto música como libreto fueron escritos en el curso de veintiséis años, y más concretamente desde 1848 hasta 1874. Aunque esto no es exactamente así, ya que, durante este periodo, tuvo aparcada su composición durante 12 años.

El Anillo es un trabajo de escala gigantesca, que Wagner dividió en cuatro operas que debían ser interpretadas en cuatro noches consecutivas de ópera y cuyo tiempo completo se estima en alrededor de quinces horas. Este tiempo se divide entre la primera y más corta, que actúa como prologo, “El oro del Rin”, con una duración de alrededor de dos horas y media y la última y más larga, “El Ocaso de los Dioses”, de una duración que puede llegar a las cinco horas. Hay algunos que piensan, que ha Wagner no le importaba el público en sí, ya que pensemos que cinco horas sentados en un teatro no es que anime mucho a la gente, sino que su único interés era contar la historia completa desarrollando todas las ideas que tenía en mente sin importarle si se podía representar de una manera adecuada o no.
Como tetralogía, El Anillo está montado como los antiguos dramas griegos, una trilogía de tres actos y una sátira. En el caso de El Anillo, está formada de un prologo, “El oro del Rin” y de tres jornadas, “La Valquiria”, “Sigfrido” y “El Ocaso de los dioses”. Estructura que coincide con una obra literaria que bebe en las mismas fuentes que El Anillo de Wagner, nos referimos a “El señor de los Anillos” de Tolkien. La estructura de El Señor de los Anillos, cuenta como en la ópera de Wagner, de un prologo,”El Hobitt”, y de tres tiempos, “La Comunidad del Anillo”, “Las dos Torres” y “El Retorno del Rey”.
Aunque es verdad que esta separación en tres actos del libro de “El Señor de los Anillo” es aconsejada e incluso impuesta a Tolkien por parte de la editorial, algo a lo que él no estaba dispuesto en un primer momento.
El argumento principal de la tetralogía son las luchas entre dioses, héroes y varias criaturas mitológicas alrededor del anillo mágico que otorga el dominio sobre el mundo entero. El drama y la intriga continúa a través de tres generaciones de protagonistas hasta su dramático final.


Entre las fuentes de inspiración de la opera de Wagner, se suele mencionar el poema medieval anónimo “Poema del Nibelungo”. Pero si bien hay personajes que coinciden con la ópera, el desarrollo de la ópera se desliga de los acontecimientos del poema. Toma del poema personajes pero los dota de cualidades y linajes distintos a los que tiene en el poema.
Si bien el poema el título remite al poema épico, el argumento recuerda más a la Saga Volsunga. Entre otras fuentes de inspiración de Wagner se incluyen a los Edda (dos compilaciones islandesas, una en verso y otra en prosa) que recogen muchos de los mitos nórdicos y que sirvieron no solo a Wagner, sino al anteriormente nombrado Tolkien en su obra “El Señor de los Anillos”
Wagner no solo utilizó las fuentes anteriormente dichas sino otras muchas, como son cuentos clásicos, como los escritos por los hermanos Grimm. Como por ejemplo, la trama de El Oro del Rin coincide con la del cuento El gato con botas. O también los cuentos de Juan Sin Miedo y La Bella Durmiente que se ven reflejados en La Valquiria y Sigfrido.
Wagner escribió El Anillo para una orquesta de grandes proporciones, e incluso promovió la construcción de un teatro ex profeso, el Bayreuther Festspielhaus en Bayreuth, para poder realizar el montaje del ciclo completo. El teatro cuenta con un escenario especial, concebido por el propio autor para equilibrar el sonido de la orquesta con la voz de los cantantes, permitiéndoles cantar con un volumen natural.
Llega a ser tan importante la acústica de la sala en la interpretación de la operas de Wagner que en la actualidad, durante el estudio de la acústica en una sala, tanto en el proceso de proyecto de la sala como de la comprobación de los parámetros de calidad de la misma, se estudia en un ítem aparte si cumple con lo requisitos de la ópera Wagneriana.
Historia de la composición de El Anillo.
A finales del año de 1848, Wagner empezó a escribir un libreto llamado “La muerte de Sigfrido”. Es posible que este trabajo surgiera a raíz de unos artículos en un periódico musical que invitaba a compositores a escribir lo que ellos llamaban una ópera nacional basada en el poema germano del siglo XII, “El Cantar de los Nibelungos”.
Para 1850, Wagner había terminado un esbozo musical para la muerte de Sigfrido, pero se dio cuenta de que está obra necesitaba una ópera previa para poder explicar los acontecimientos de la obra a medio componer. Esta nueva ópera se llamaba “El joven Sigfrido”, para mayo de 1851, ya había terminado el manuscrito en verso de esta ópera.
Pero aun habiendo ampliado la opera principal a una anterior, Wagner no consideraba completa la historia, con lo que tomo la decisión de ampliarla el ciclo a cuatro óperas que deberían representarse en cuatro noches consecutivas. Las obras llevarían el nombre de: “El oro del Rin”, “La Valquiria”, “El joven Sigfrido” y “La muerte de Sigfrido”.
Para 1852, ya había terminado el libreto de las cuatro obras, que fueron publicados en una edición limitada en febrero de 1853. Este fue el año en el que empezó a componer la primera versión de la partitura de “El oro del Rin”. A diferencia de los libretos que se escribieron en orden inverso, Wagner comenzó a componer las óperas en el orden en el que deberían de ser representadas.
El trabajo de composición, continuó hasta 1857, año en el que interrumpe el trabajo. No lo continuaría hasta doce años después. En este periodo, escribió otros trabajos, entro los que destaca “Tristan e Isolda”.
En 1869, retoma el trabajo de composición de El Anillo, proceso que había dejado después de terminar el II acto de Sigfrido. Para finales de este mismo año terminó la composición de “El ocaso de los Dioses”. Esta opera corresponde a “La muerte de Sigfrido” que Wagner le cambió el título para estar más a tono con la visión pesimista del final de la obra.
Aunque “El oro del Ring” se estrenó, antes incluso de la terminación de la tetralogía, fue estrenada el 22 de septiembre de 1869, y “La Valquiria” se estrenó un año después, el 26 de junio de 1870. Se tiene que considerar como estreno oficial de El Anillo, tal y como lo había concebido Wagner, en agosto de 1876. Se estrenó en Bayreuth, que fue el lugar elegido por Wagner para erigir el teatro concebido para la representación del ciclo de óperas, después de que la primera elección, que era Munich, fuese imposible de realizar.
Música
En El Anillo, Wagner intentó refleja su concepto de estructura de ópera en oposición a la que se venía desarrollando tradicionalmente. Esta se basaba en una serie de canciones o arias separadas y unidas por una trama. En sus anteriores óperas, ya había intentado disfrazar los momentos entre canción y canción con puentes musicales. En cambio en el ciclo de óperas de El Anillo, decidió adoptar un estilo de composición tal que hacía que cada acto de cada ópera fuera una sola canción, sin interrupciones.
Wagner adoptó el uso de lo que se conoce como motivos temáticos o leitmotivs. Estas melodías o fragmentos musicales recurrentes que están ligados a una acción, emoción, personaje u otro tema relacionado con el texto o presentado en la escena.
Todo motivo importante dentro de la saga va acompañado de un leitmotivs musical, llegando a aparecer segmentos musicales más o menos extensos que están constituidos exclusivamente por ellos. Hay docenas de leitmotivs repartidos por todo El Anillo. Muchos de ellos aparecen en más de una ópera y algunos de ellos en las cuatro.
Wagner también usó la técnica, que ya desarrollaba su suegro, Franz Liszt, y llamada metamorfosis temática. Con ella puede crear un desarrollo dinámico de muchos leitmotivs, haciéndolos transformarse en otros muy diferentes. Durante estas transformaciones o metamorfosis no hay palabras dejando el peso narrativo del momento a la orquestación.
El resultado del uso de estas técnicas es la construcción de una compleja red de asociaciones entre la música y los conceptos representados en la escena.
Wagner tuvo, quizás, el mejor sentido del sonido orquestal de todos los compositores románticos, con la gigantesca orquesta de El Anillo, le daba una amplia paleta de 17 familias de instrumentos, que podían usarse por separado o en cualquier número de combinaciones para dar un infinito de combinaciones para representar las emociones a evocar.
Aparte del uso de la orquesta, Wagner inventó instrumentos como la tuba wagneriana, que venía a llenar el hueco vacío entre el corno francés y el trombón. Así como variaciones de instrumentos existentes, como la trompeta baja y el trombón contrabajo, que usa un doble deslizador.
Wagner debilitó el esquema tonal tradicional al punto de que la mayoría del Anillo no puede clasificarse como en alguna “clave” determinada, sino más bien en “áreas tonales”, cada una de ellas fluyendo suavemente en la siguiente.
Esta ductilidad de la partitura, evita introducir “puntos y aparte”, es decir, silencios para ajustar tonalidades. Fue el componente que permitió al compositor la construcción de las enormes estructuras musicales: El oro del Rin son dos horas y media de música continua sin un solo segundo de silencio. Además, la indeterminación tonal se ve además aumentada por la vasta libertad con la que Wagner usó las disonancias.

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